Guía para no perderse en 'Nuestra parte de noche', de Mariana Enríquez
Una muy completa guía de lectura para quiénes están sondeando leer la obra clave de la escritora argentina Mariana Enríquez

1. Resumen extendido
Nuestra parte de noche es una novela extensa y compleja que se desarrolla a lo largo de varias décadas, principalmente en Argentina e Inglaterra, y narra la historia de Juan Peterson y su hijo Gaspar, en el contexto de una sociedad secreta llamada la Orden, que venera a una entidad primordial conocida como la Oscuridad y busca la inmortalidad. La novela está dividida en seis partes, con diferentes narradores y líneas temporales.
Primera parte: Las garras del dios vivo, enero de 1981
Juan Peterson, un médium poderoso y enfermo del corazón, viaja en auto con su hijo Gaspar, de seis años, desde Buenos Aires hacia el norte de Argentina. Rosario, esposa de Juan y madre de Gaspar, ha muerto tres meses antes en un accidente de colectivo que Juan sospecha fue provocado por la Orden. Juan es un médium clave para la Orden, una organización liderada por la familia de Rosario, los Reyes Bradford, y la familia inglesa Mathers. La Orden utiliza a Juan para contactar con la Oscuridad, una entidad que les ofrece poder y conocimiento, incluyendo la promesa de la vida eterna. Juan, sin embargo, desprecia a la Orden y teme que quieran usar a Gaspar, quien podría haber heredado sus dones, como su sucesor o como un recipiente para su propia conciencia cuando él muera. Su objetivo es proteger a Gaspar.
Durante el viaje, Juan experimenta síntomas de su enfermedad cardíaca y debe medicarse. Intenta comunicarse con el espíritu de Rosario mediante un ritual con cenizas y su pelo, pero no obtiene respuesta, lo que aumenta su angustia y sospechas sobre la interferencia de la Orden. En un hotel de Esquina, Corrientes, Juan sufre una crisis cardíaca y le da a Gaspar un número de teléfono para llamar a su tío Luis (hermano de Juan) si no despierta. Gaspar demuestra una madurez inusual y cuida de su padre. En el mismo hotel, Gaspar percibe una presencia fantasmal, una mujer embarazada, y Juan le enseña una técnica para repelerla, confirmando que el niño ha heredado parte de sus capacidades. Juan se siente desolado por esta «condena heredada».
Llegan a Colonia Camila, Corrientes, a la casa de Tali (Catalina Reyes), media hermana de Rosario e hija de Adolfo Reyes con una amante. Tali es una sanadora y guardiana de un templo de San La Muerte. Juan y Tali tienen una relación íntima y compleja. Juan le revela a Tali sus temores sobre la Orden y Gaspar, y le confiesa que cree que la Orden mató a Rosario porque ella se oponía a sus planes. Juan le pide ayuda a Tali para proteger a Gaspar y también para fortalecer la protección de su templo. Realiza un ritual con su sangre para sellar la puerta del templo de Tali. Ella, a su vez, le inserta un talismán de San La Muerte bajo la piel para darle fuerza y tiempo. Juan le confiesa a Tali su incapacidad para contactar a Rosario, sospechando que alguien poderoso lo impide. Pasan unos días en la quinta de Tali, donde Juan intenta enseñarle a nadar a Gaspar y recuerda dolorosamente a Rosario. Juan le pide a Tali que, con la ayuda de Stephen (un miembro inglés de la Orden, hijo de la líder Florence Mathers y aliado de Juan), bloquee las capacidades de Gaspar durante el próximo Ceremonial de la Orden en Puerto Reyes, la mansión de la familia Bradford. Juan planea engañar a la Orden haciéndoles creer que Gaspar no es un médium apto, para ganar tiempo y encontrar una forma de liberar a su hijo definitivamente.
Segunda parte: La mano izquierda (Misiones, Argentina, enero de 1983, narrado en tercera persona centrado en el Dr. Bradford)
Esta parte se presenta como los pensamientos del Dr. Jorge Bradford mientras espera ser consumido por la Oscuridad durante un Ceremonial. Es un extenso flashback que revela la historia de Juan desde la perspectiva de Bradford y la historia de la Orden.
Bradford, un brillante cirujano cardiovascular, opera a Juan Peterson cuando este tiene cinco años, en 1957. Juan padece una cardiopatía congénita grave (Tetralogía de Fallot). Durante una segunda cirugía correctiva, ocurre un apagón en el quirófano y una manifestación de la Oscuridad sobre el pecho abierto de Juan. El corazón de Juan se detiene, pero Bradford, tocándolo, le susurra que lata si es la voz de los dioses, y el corazón vuelve a latir. Bradford ve una marca en el brazo izquierdo de Juan: la Mano Izquierda de la Oscuridad, un signo de que es un médium. Bradford, miembro de la Orden, reconoce el potencial de Juan. Convence a los padres de Juan, inmigrantes pobres, para que le cedan la custodia del niño con el pretexto de ofrecerle mejores cuidados médicos. En realidad, lo «compra» y lo introduce en el círculo de la Orden. Mercedes Bradford, hermana de Jorge y madre de Rosario, es una figura central y cruel en la Orden. Santiago Bradford, padre de Jorge y Mercedes, se encarga de la educación de Juan en magia y mitología.
Se narra la historia de la Orden, fundada en 1752 por William Bradford y Thomas Mathers en Inglaterra. Buscaban conocimiento oculto y encontraron a la Oscuridad a través de un joven médium escocés. Este médium, como Juan, sufría una metamorfosis en las manos y hablaba en trance. Murió joven, agotado por los rituales. La Orden se expandió, buscando médiums y la clave para la inmortalidad (retener la conciencia en el plano terrenal). Se mencionan otros médiums: Olanna, una sacerdotisa nigeriana llevada a Londres por George Mathers (tío abuelo de Florence) a principios del siglo XX, que también murió agotada; y Encarnación, una adolescente española traumatizada por la Guerra Civil, que masacró a varios miembros de la Orden en Francia antes de suicidarse. Florence Mathers, hija de Charles Mathers, se convierte en la líder de la Orden y busca desesperadamente un médium estable. Su hijo menor, Eddie, fue entrenado para ser médium, pero el proceso lo enloqueció. La llegada de Juan a la Orden, a través de Bradford, es vista como un hito. Juan es el médium más poderoso que han tenido, capaz de abrir la Oscuridad y permitir que esta dicte instrucciones para el Rito de transmigración de la conciencia. Bradford recuerda su relación con Juan, su fascinación y devoción. La narración culmina con Bradford siendo consumido por la Oscuridad en el Ceremonial, reflexionando sobre su vida ligada a Juan y su papel en la Orden.
Tercera parte: La cosa mala de las casas solas, Buenos Aires, 1985-1986
Gaspar tiene ahora doce años. Juan está cada vez más enfermo y su relación con Gaspar es tensa y a veces violenta. Gaspar pasa mucho tiempo con sus amigos del barrio: Vicky Peirano, Pablo Fonzi y Adela Álvarez. Adela es una chica a la que le falta el brazo izquierdo y está obsesionada con una casa abandonada en la calle Villarreal. Cree que su padre desaparecido podría estar relacionado con la casa. Un día, los cuatro amigos deciden entrar en la casa abandonada. La puerta, que estaba cerrada con candado, cede fácilmente ante Gaspar. Por dentro, la casa es mucho más grande de lo que aparenta desde fuera, y está iluminada por una luz extraña sin fuente visible. Encuentran estantes con colecciones macabras: uñas, dientes y párpados humanos. Vicky escucha un zumbido y voces. Mientras exploran, una puerta se cierra de golpe. Adela corre hacia una habitación y desaparece tras otra puerta que se cierra y que los demás no pueden abrir, a pesar de los esfuerzos de Gaspar. Vicky y Pablo entran en pánico. Gaspar, manteniendo una extraña calma, los guía fuera de la casa, que parece transformarse a medida que avanzan: pasillos que no estaban, escaleras, un piano, maniquíes colgando, una ventana que da a un bosque nocturno. Gaspar siente que la casa es una trampa y que él, de alguna manera, entregó a Adela.
La desaparición de Adela provoca una investigación policial y judicial. Los chicos cuentan su historia, pero no les creen del todo debido a los elementos fantásticos. La casa, al ser inspeccionada por la policía, está en ruinas, tapiada y sin las dimensiones ni los contenidos que describieron. Betty Bradford, la madre de Adela (prima de Rosario y exmilitante), culpa a Gaspar. Juan Peterson muere poco después, tras una crisis cardíaca. Gaspar queda al cuidado de su tío Luis Peterson, hermano de Juan, quien regresa de su exilio en Brasil. Gaspar sufre un profundo trauma, experimenta alucinaciones (ve a su padre, a Adela), dolores de cabeza intensos y es diagnosticado inicialmente con esquizofrenia. Luis busca ayuda psiquiátrica para Gaspar. Una nueva psiquiatra, Isabel, sugiere que podría ser estrés postraumático severo y posible epilepsia derivada de un golpe en la cabeza que Gaspar no recuerda bien (relacionado con el «accidente» en Chascomús). Gaspar comienza un lento proceso de recuperación, pero la culpa y los recuerdos fragmentados de la casa y de su padre lo persiguen.
Cuarta parte: Círculos de tiza, 1960-1976 (Narrado por Rosario Reyes Bradford)
Rosario narra su vida desde la infancia hasta poco antes de su muerte. Crece en la opulenta familia Bradford, en el seno de la Orden. Su madre, Mercedes, es una figura cruel y dominante, profundamente involucrada en los aspectos más oscuros de la Orden, incluyendo la tortura y el sacrificio de «enjaulados» (personas secuestradas) para obtener poder. Rosario describe su educación en la Orden, su amistad con su prima Betty y, fundamentalmente, su relación con Juan Peterson desde que este llega a vivir con su tío Jorge Bradford. Rosario y Juan desarrollan un vínculo profundo, casi fraternal, que evoluciona hacia el amor. Rosario es iniciada en la Orden, aprende a trazar círculos de tiza y otros rituales, pero se siente limitada por ser mujer en una estructura patriarcal.
Tali, su media hermana, es llevada a Buenos Aires para estudiar, pero no se adapta y Mercedes la maltrata. Rosario presencia la crueldad de su madre, quien se jacta de haber enfermado a Leandra (madre de Tali) y a la madre de Juan mediante magia oscura. Un verano en la estancia de Chascomús, Mercedes obliga a Rosario a alimentar a los enjaulados; Juan la ayuda, compartiendo el horror. Esta experiencia marca a Rosario profundamente. En 1962, durante una estadía en Puerto Reyes, Juan, con ocho años, se manifiesta como médium ante Rosario: abre la Oscuridad en la selva. Rosario lo encuentra y lo protege. Este evento consolida su papel como custodia del médium.
Años después, Rosario se va a estudiar Antropología a Londres (1967). Allí se reencuentra con Stephen Mathers, hijo de Florence (líder de la Orden), y conoce a Laura, una chica con un solo ojo, experta en comunicación con muertos. Viven una vida bohemia, experimentando con drogas (LSD) y explorando el ocultismo londinense. Juan llega a Londres en 1969 para una cirugía cardíaca. Rosario y Juan retoman su relación amorosa. Juan, recuperándose, descubre una puerta al «Otro Lugar» en la casa de Stephen en Cheyne Walk. Exploran este mundo alterno, lleno de huesos, bosques de manos y torsos, y un valle de ahorcados. Eddie Mathers, el hermano loco de Stephen, a quien Florence había intentado convertir en médium sin éxito, se escapa de su confinamiento y masacra a varios amigos de la Orden en la casa de Cheyne Walk. Juan se enfrenta a Eddie y lo sacrifica en el Otro Lugar, colgándolo en el Valle de los Ahorcados. Como recompensa, el Otro Lugar le entrega a Rosario una Mano de Gloria (la mano momificada de Eddie). El portal de Cheyne Walk se cierra y el Lugar de Poder se seca.
Rosario y Juan regresan a Argentina. Ella queda embarazada de Gaspar. Florence y Mercedes les revelan el plan de la Orden: cuando Gaspar cumpla doce años, la conciencia de Juan será transferida a su cuerpo mediante un Rito dictado por la Oscuridad, asegurando la continuidad del médium. Rosario y Juan se oponen radicalmente. Deciden que marcarán a Gaspar con un sello protector, obtenido del Otro Lugar, para ocultarlo de la Orden cuando llegue el momento. Rosario sabe que esta decisión la pone en grave peligro frente a la Orden.
Quinta parte: El pozo de Zañartú, por Olga Gallardo, 1993 (Narrado por la periodista Olga Gallardo)
Olga Gallardo investiga el hallazgo de una fosa común en Zañartú, Misiones, que contiene restos de militantes del Ejército de Liberación (EL) desaparecidos durante el Operativo Itatí (previo a la dictadura de 1976) y otras víctimas de la represión. Entrevista a sobrevivientes del EL, Mónica Lynch y Agustín Pérez Rossi, quienes hablan de una niña, hija de militantes, nacida en cautiverio. En el pueblo de San Cosme del Palmar, cercano a Zañartú, Olga conoce a Beatriz Bradford (Betty), quien se presenta con su nombre de guerra, Liliana Falco. Betty le confiesa ser la madre de la niña nacida en Zañartú, Adela, y también la madre de Adela Álvarez, la niña desaparecida en Buenos Aires en 1986. Betty, en un estado de ebriedad y desequilibrio, le cuenta a Olga fragmentos de su historia con la Orden, la mutilación de Adela por la Oscuridad en Puerto Reyes, la traición de Juan, y su creencia de que su familia venera a un «dios negro» en la selva. Menciona a Rosario y a Juan, y cómo este último marcó a su hijo Gaspar para protegerlo, alejándolo de la Orden.
Olga investiga el caso de Adela Álvarez. Confirma la identidad de los padres de Gaspar (Juan Peterson y Rosario Reyes Bradford) y su adopción por Luis Peterson. Revisa las declaraciones de los chicos sobre la casa de la calle Villarreal, notando la discrepancia entre el tamaño real de la casa y la descripción de los niños, y la falta de puertas cuando la policía la inspeccionó. Intenta contactar a Gaspar Peterson en Villa Elisa, pero una serie de eventos extraños e inexplicables (perderse repetidamente, un taxista que se descompone) le impiden llegar a la casa. En un tren, un hombre misterioso sin un brazo la amenaza veladamente, advirtiéndole que no interfiera con Gaspar. Aterrada, Olga decide abandonar la investigación, sospechando que ha tocado una historia mucho más oscura y peligrosa de lo que imaginaba, y temiendo por su propia seguridad y la de su hija.
Sexta parte: Las flores negras que crecen en el cielo, 1987-1997
Gaspar, ya un joven adulto, vive con su tío Luis y la pareja de este, Julieta, y sus hijos mellizos (Salvador y Juan) en Villa Elisa. Sigue sufriendo migrañas con auras visuales («flores negras»). Su relación con Luis es buena, pero tensa por momentos debido a los brotes de ira de Gaspar y su dificultad para adaptarse. Gaspar trabaja filmando fiestas y eventos. Mantiene su amistad con Vicky (ahora médica, con una extraña habilidad para diagnosticar) y Pablo (artista gay, cuya pareja, Andrés Sigal, es un fotógrafo que tuvo un encuentro con Juan y Gaspar años atrás). Los tres amigos siguen investigando la casa de la calle Villarreal, ahora demolida, dibujando planos de lo que recuerdan haber visto dentro.
Gaspar tiene una relación con Marita, una chica que conoce en el centro cultural Princesa. La relación es intermitente y marcada por la depresión y el retraimiento de Gaspar. Él le confiesa que cree que su padre era homosexual o bisexual. Gaspar sigue atormentado por la desaparición de Adela y la muerte de su padre. La lectura de la crónica de Olga Gallardo (que Marita encuentra y le muestra) lo sacude profundamente, revelándole la conexión de su familia con la Orden, la verdadera historia de Adela y Betty, y la existencia de Puerto Reyes. La nota también menciona la marca en su brazo, hecha por su padre para protegerlo.
Luis Peterson es brutalmente asesinado. Le abren el pecho y le insertan el brazo amputado de una niña pequeña, con las uñas pintadas. En el cuerpo de Luis hay inscripciones hechas con cortes: «que venga». Gaspar entiende que es un mensaje de la Orden para él. Sabe que tiene que ir a Puerto Reyes. Se despide de Vicky y Pablo, dejándoles la nota de Gallardo y la llave de su casa. Viaja a Misiones, alquila un auto y llega a Puerto Reyes. La mansión está cuidada y habitada. Es recibido por Esteban (Stephen Mathers), quien parece estar de su lado. También se encuentra con su abuela Mercedes (sin labios, con una máscara parcial) y Florence Mathers. Le revelan que el «accidente» en Chascomús fue en realidad el Rito de traspaso de conciencia: intentaron que Juan ocupara el cuerpo de Gaspar, pero este se resistió violentamente y Juan, finalmente, se retiró. Le explican que él es un médium y que la Orden lo necesita para continuar contactando a la Oscuridad y completar el Rito de la inmortalidad.
Gaspar es sometido a rituales nocturnos en un claro de la selva, donde intentan forzar su capacidad de médium. Sufre maltrato y amenazas. Esteban se comunica con él en secreto (usando una habilidad que Juan le enseñó) y lo insta a encontrar una puerta al Otro Lugar dentro de la propiedad, sugiriendo que su padre la conocía. Gaspar, recordando las exploraciones de su padre y la marca en su brazo, encuentra la puerta en la casa de huéspedes. Guía a los miembros de la Orden (Mercedes, Florence, Adolfo y otros Iniciados) al Otro Lugar. Allí, en un paisaje de huesos, pantanos con manos y un valle de ahorcados (donde reconoce el cuerpo de Eddie Mathers), los abandona. La Oscuridad o las entidades del lugar los devoran o los atrapan. Gaspar logra salir con Esteban, quien parece haberlo ayudado en el plan. Cierran la puerta. Gaspar queda como el heredero de Puerto Reyes, libre de la Orden directa, pero con el conocimiento y la carga del Otro Lugar y la posibilidad de buscar a Adela allí. La novela termina con Gaspar, solo en Puerto Reyes, contemplando la puerta al Otro Lugar, sabiendo que Adela podría estar allí y que él tiene el poder de entrar y buscarla, aunque teme lo que pueda encontrar y lo que él mismo pueda llegar a ser.
2. Análisis de personajes
Juan Peterson: Es el personaje central de gran parte de la novela, un médium de extraordinario poder para la Orden. Físicamente imponente (alto, rubio, de ojos cambiantes), sufre una grave cardiopatía congénita que lo debilita progresivamente y marca su vida con cirugías y dolor crónico. Su relación con la Orden es de odio y dependencia: los necesita para sobrevivir médicamente, pero aborrece ser su instrumento. Su principal motor es proteger a su hijo Gaspar de un destino similar. Es un padre complejo, a veces tierno y protector, otras distante, violento y cruel, especialmente a medida que su enfermedad y la presión de la Orden lo consumen. Posee un conocimiento profundo de la Oscuridad y el Otro Lugar, pero también un gran temor a ellos. Su amor por Rosario es una constante, incluso después de la muerte de ella, y su incapacidad para contactarla lo atormenta. Su arco narrativo es trágico: lucha contra su destino y el de su hijo, tomando decisiones extremas (como marcar a Gaspar o planear la destrucción de la Orden a través de él) que tienen consecuencias devastadoras. Su poder es inmenso, pero también su sufrimiento. Representa la figura del ser excepcional atrapado y explotado, y la lucha por la libertad individual frente a un poder opresor y ancestral.
Gaspar Peterson: Hijo de Juan y Rosario. Hereda las capacidades de su padre, aunque estas se manifiestan de forma más sutil y tardía. La novela sigue su crecimiento desde los seis años hasta la adultez joven. De niño es observador, inteligente y maduro para su edad, capaz de cuidar a su padre enfermo y de percibir presencias. La muerte de su madre y la relación conflictiva con su padre lo marcan profundamente. La desaparición de su amiga Adela en la casa de la calle Villarreal es un trauma central en su adolescencia, que lo sume en problemas psicológicos y lo aísla. A lo largo de la novela, Gaspar lucha por entender su herencia, la verdad sobre su familia y la naturaleza de sus propias percepciones y habilidades. Es un personaje en constante búsqueda de identidad y de un lugar en el mundo, tratando de escapar de la sombra de su padre y de la Orden. Su arco de transformación lo lleva de ser una víctima de las circunstancias y los poderes que lo rodean, a tomar un rol activo y decisivo al final, enfrentando a la Orden y aceptando, en cierta medida, su conexión con el Otro Lugar y su propia oscuridad. Su relación con Juan es el núcleo emocional de su desarrollo, oscilando entre el amor, el miedo, el odio y la comprensión.
Rosario Reyes Bradford: Esposa de Juan y madre de Gaspar. Antropóloga especializada en culturas indígenas y religión, miembro de la Orden por linaje (Bradford y Reyes). Es una mujer fuerte, inteligente, ambiciosa y protectora. Ama profundamente a Juan y a Gaspar, y dedica su vida a protegerlos de las garras de la Orden, especialmente de su madre, Mercedes. Rosario conoce los secretos y rituales de la Orden, pero también los cuestiona y se rebela contra ellos. Su investigación antropológica sobre San La Muerte y los cultos a los huesos parece conectarse con la naturaleza de la Oscuridad. Su muerte temprana es un catalizador para gran parte de la trama. A través de su narración en «Círculos de tiza», se revela su perspectiva, su vida en Londres, su relación con Juan, Stephen y Laura, y su conocimiento del Otro Lugar. Su personaje es fundamental para entender la lucha interna de Juan y la complejidad de la Orden. Representa la resistencia y el sacrificio en nombre del amor familiar.
Tali (Catalina Reyes): Media hermana de Rosario, hija de Adolfo Reyes y una curandera correntina. Vive en Colonia Camila, donde mantiene un templo dedicado a San La Muerte. Es una mujer conectada con la tierra, la magia popular y una espiritualidad más ancestral y menos corrupta que la de la Orden. Aunque es parte de la Orden, mantiene una posición periférica y crítica. Es una aliada crucial para Juan en su intento de proteger a Gaspar. Su relación con Juan es íntima y de larga data, basada en la comprensión mutua y el afecto. Tali es pragmática, valiente y leal. Representa una forma de poder alternativo y una conexión con tradiciones más antiguas y quizás más puras que las de la Orden. Su función narrativa es la de proveer refugio, ayuda mágica y un contrapunto a la oscuridad de la Orden.
Mercedes Bradford: Madre de Rosario y abuela de Gaspar. Miembro de alto rango de la Orden, descendiente de los Bradford. Es la principal antagonista humana de la novela. Cruel, sádica, ambiciosa y hambrienta de poder. Disfruta infligiendo dolor y experimentando con los límites de la magia oscura. Mantiene «enjaulados» (niños y adultos secuestrados) para sus rituales. Su relación con Rosario es de desprecio y control. Ve a Juan como un instrumento y a Gaspar como una pieza clave para los planes de la Orden. Sufrío una mutilación en la boca (pérdida de labios y dientes) a manos de Juan, como venganza por su crueldad y su implicación en la muerte de Rosario y el maltrato a Gaspar. Representa la corrupción del poder, la perversión de la búsqueda de la inmortalidad y la cara más monstruosa de la Orden.
Stephen Mathers (Esteban): Hijo de Florence Mathers, la líder inglesa de la Orden. Amigo íntimo y amante ocasional de Juan y Rosario. Es un personaje complejo y ambiguo. Por un lado, es leal a la Orden y a su madre; por otro, desarrolla una profunda lealtad hacia Juan y, más tarde, hacia Gaspar. Es inteligente, culto, y conoce los entresijos de la Orden. Sufrió un trauma en su juventud cuando Juan, en uno de sus primeros Ceremoniales, le marcó la espalda con sus garras transformadas, dejándole cicatrices gemelas. Esta marca lo vincula a Juan de una manera especial. A lo largo de la novela, actúa como protector, consejero y, a veces, cómplice de Juan y Rosario en sus planes contra la Orden. Su evolución lo lleva a tomar partido definitivamente por Gaspar al final, ayudándolo a destruir a los líderes de la Orden. Representa la posibilidad de redención y lealtad dentro de un sistema corrupto.
Dr. Jorge Bradford: Tío de Rosario, hermano de Mercedes. Eminente cirujano cardiovascular. Es quien «descubre» a Juan como médium durante una operación cardíaca en su infancia. Lo separa de su familia biológica y lo introduce en la Orden. Su relación con Juan es de una devoción casi paternal, mezclada con la fascinación por su poder y su papel en la Orden. Pierde varios dedos de una mano al tocar la Oscuridad manifestada por Juan, lo que pone fin a su carrera como cirujano. Es un personaje trágico, consumido por su lealtad a la Orden y su conexión con Juan. Su narración en «La mano izquierda» ofrece una perspectiva crucial sobre los inicios de Juan y la historia de la Orden.
Adela Álvarez: Amiga de la infancia de Gaspar, Vicky y Pablo. Le falta el brazo izquierdo. Es hija de Beatriz Bradford (Betty). Su desaparición en la casa de la calle Villarreal es un evento traumático que marca a sus amigos. Adela es descrita como una niña fantasiosa y valiente. Su conexión con la casa y su misteriosa desaparición son elementos clave del componente de terror de la novela. Se revela que su mutilación fue causada por la Oscuridad durante un Ceremonial en Puerto Reyes, marcándola como un «milagro negro» para la Orden. Su destino final queda abierto, con Gaspar sintiendo que puede buscarla en el Otro Lugar.
Vicky Peirano: Amiga de Gaspar y Pablo. De adulta, se convierte en médica y desarrolla una inexplicable habilidad para realizar diagnósticos certeros de forma intuitiva. Es racional y escéptica al principio, pero los eventos traumáticos y sobrenaturales la afectan profundamente, generándole miedos (a la oscuridad, a dormir sin medias por el recuerdo de Omaira). Su amistad con Gaspar y Pablo es un pilar de apoyo mutuo. Representa la lucha entre la razón y lo inexplicable, y cómo el trauma puede despertar capacidades latentes.
Pablo Fonzi: Amigo de Gaspar y Vicky. Artista gay. Durante su infancia y adolescencia, es acosado por una «mano fantasma» que lo toca en la oscuridad, un efecto secundario de su experiencia en la casa de la calle Villarreal. Su relación con Andrés Sigal, un fotógrafo que tuvo un encuentro con Juan años atrás, lo conecta de nuevo con el pasado de Gaspar. Es leal a sus amigos y representa la sensibilidad artística y la vulnerabilidad frente a lo sobrenatural. Su arco muestra la persistencia del trauma y la búsqueda de conexión en un mundo hostil.
Luis Peterson: Hermano mayor de Juan. Arquitecto. Se exilia en Brasil durante la dictadura argentina. Regresa para hacerse cargo de Gaspar tras la muerte de Juan. Es un hombre íntegro, cariñoso y protector, que intenta darle a Gaspar una vida lo más normal posible, alejada de la Orden. Sufrío el alcoholismo de su padre y la pobreza, y siente una profunda lealtad y amor por Juan, a pesar de la distancia y los secretos. Su asesinato a manos de la Orden, con el brazo de una niña cosido en su pecho, es un acto de extrema crueldad y un mensaje directo para Gaspar, impulsándolo a la confrontación final. Representa la bondad, la familia elegida y la víctima inocente de la brutalidad de la Orden.
3. Estilo y tono narrativo
El estilo narrativo de Nuestra parte de noche es complejo y multifacético, caracterizado por una prosa directa, a menudo cruda y visceral, que no escatima en descripciones explícitas de violencia, enfermedad y rituales macabros. Mariana Enriquez emplea un lenguaje rico y evocador, capaz de crear atmósferas densas y opresivas. El tono general es predominantemente oscuro, melancólico y ominoso, impregnado de un terror que se nutre tanto de lo sobrenatural como de los horrores reales de la historia argentina (la dictadura, la pobreza, la violencia institucional).
La novela utiliza múltiples tipos de narrador y puntos de vista. Predomina una tercera persona omnisciente que a menudo se focaliza en Juan o Gaspar, permitiendo un acceso profundo a sus pensamientos y percepciones. Sin embargo, hay partes narradas en primera persona, como «Círculos de tiza» (Rosario) y «El pozo de Zañartú» (la periodista Olga Gallardo), lo que aporta diversidad de perspectivas y enriquece la polifonía de la obra. Estos cambios de narrador también sirven para introducir diferentes texturas discursivas: la confesión íntima, la crónica periodística, el recuerdo febril.
El ritmo de la narración es variable. Hay pasajes de gran tensión y acción, especialmente durante los rituales o las confrontaciones, que se alternan con momentos más introspectivos y descriptivos, donde se exploran los estados emocionales de los personajes o se detalla la historia de la Orden y sus prácticas. Los diálogos son generalmente realistas y directos, reflejando la crudeza de las situaciones y las relaciones tensas entre los personajes. Un ejemplo de la contundencia del diálogo se da en la interacción entre Juan y la dueña del bar en la primera parte: «–Señora –Juan trató de controlarse, pero sonó amenazante–, ¿qué mierda le importa?».
Enriquez utiliza recursos estilísticos como la descripción sensorial detallada para sumergir al lector en el mundo de la novela. El olor a sangre, a descomposición, a tierra húmeda, la sensación del frío de la Oscuridad o el calor opresivo de Misiones son elementos recurrentes. Las metáforas y símiles suelen ser potentes e inquietantes, como cuando se describe la Oscuridad: «La Oscuridad crecía primero alrededor de Juan, como si fuera vapor desprendiéndose de su cuerpo, y de repente –a Tali siempre la tomaba por sorpresa ese momento– se alejaba en todas direcciones y se hacía enorme y líquida, lustrosa más bien». La autora también incorpora elementos del gótico latinoamericano, fusionando el terror con el contexto social e histórico específico de Argentina. Hay un uso frecuente de intertextualidad, con referencias a poetas como T.S. Eliot, Yeats, Blake, y a obras de ocultismo, lo que añade capas de significado y profundidad.
La estructura formal de la novela, dividida en partes con saltos temporales significativos, contribuye a la sensación de estar armando un rompecabezas complejo. Esta fragmentación refleja la naturaleza fragmentada de la memoria y el trauma. El estilo de Enriquez podría compararse con el de autores que exploran lo oscuro y lo macabro enraizado en una realidad reconocible, como Shirley Jackson por su capacidad para generar atmósferas inquietantes, o incluso con ciertos aspectos de Stephen King en la creación de mitologías complejas y personajes profundamente humanos enfrentados a horrores cósmicos, aunque con una impronta marcadamente latinoamericana y una sensibilidad literaria distinta.
4. Estructura narrativa
Nuestra parte de noche presenta una estructura narrativa ambiciosa y no lineal, organizada en seis partes distintas, cada una con un título evocador, un marco temporal específico y, en ocasiones, un narrador o enfoque particular. Esta fragmentación temporal y perspectivista es fundamental para la construcción del misterio y la revelación gradual de la compleja trama y la historia de los personajes y la Orden.
Las partes del libro son: «Las garras del dios vivo, enero de 1981», «La mano izquierda» (que funciona como un extenso flashback centrado en el Dr. Bradford y los orígenes de Juan en la Orden, abarcando desde 1957 hasta 1983), «La cosa mala de las casas solas, Buenos Aires, 1985-1986», «Círculos de tiza, 1960-1976» (narrada en primera persona por Rosario), «El pozo de Zañartú, por Olga Gallardo, 1993» (presentada como una crónica periodística) y «Las flores negras que crecen en el cielo, 1987-1997». Esta organización permite a la autora explorar diferentes épocas y facetas de la historia, construyendo un tapiz rico y polifónico.
La narrativa no sigue un orden cronológico estricto. Utiliza flashbacks extensos (como «La mano izquierda» y «Círculos de tiza») para desvelar el pasado de los personajes y los orígenes de la Orden, lo que enriquece la comprensión del presente narrativo de las otras secciones. Por ejemplo, la historia de la infancia de Juan y su relación con el Dr. Bradford en «La mano izquierda» es crucial para entender su presente en 1981. De manera similar, la perspectiva de Rosario en «Círculos de tiza» ilumina su relación con Juan, su lucha contra la Orden y los eventos que llevaron a su muerte.
La alternancia de perspectivas es otro rasgo estructural clave. Si bien predomina un narrador en tercera persona focalizado en Juan o Gaspar, la inclusión de la voz de Rosario y la crónica de Olga Gallardo rompen esta unidad, ofreciendo miradas externas o internas que complementan y a veces cuestionan la información presentada. «El pozo de Zañartú» introduce un elemento de metaficción y ancla aún más la novela en el contexto histórico-político argentino, conectando los horrores sobrenaturales de la Orden con los horrores reales de la represión.
La tensión narrativa evoluciona de manera progresiva a lo largo de la novela, a pesar de los saltos temporales. Cada parte revela nuevas capas de la trama, secretos familiares y los mecanismos de la Orden. Los misterios iniciales (la naturaleza de la enfermedad de Juan, el papel de la Orden, el destino de Rosario) se van desvelando lentamente, mientras surgen nuevas intrigas y peligros. La estructura fragmentada contribuye a esta tensión, obligando al lector a conectar piezas de información dispersas en el tiempo y a través de diferentes voces. El clímax no es único, sino que se producen varios momentos de alta tensión en las distintas líneas argumentales, culminando en la confrontación final de Gaspar con la Orden en la última parte.
5. Escenas memorables o significativas
1. Juan enseñando a Gaspar a repeler a la mujer fantasma en el hotel (Primera parte: Las garras del dios vivo): Después de que Gaspar ve a una mujer embarazada fantasmal, Juan le enseña una técnica de concentración y voluntad para hacerla desaparecer. «–Bueno, ahora decile a la señora que se vaya. No se lo digas hablando. Se lo podés decir en voz baja si querés, pero decíselo como si esta parte tuya que está entre mis manos pudiese hablar. ¿Me entendés? Es importante.» Contexto: Esta escena establece tempranamente la herencia de Gaspar y la naturaleza de los poderes de Juan, así como su rol protector y su deseo de enseñarle a su hijo a defenderse del mundo oscuro que los rodea.
2. La revelación de Juan como médium ante Rosario en Puerto Reyes (Cuarta parte: Círculos de tiza): Rosario, de niña, encuentra a Juan en la selva, desnudo, transformado y manifestando la Oscuridad por primera vez de manera contundente. «Juan estaba totalmente desnudo y caminaba entre los árboles como un sonámbulo; [...] Iluminé sus manos. Ya no eran las de un chico. Eran muy grandes y tenían uñas muy largas, doradas, como las de un animal de bronce.» Contexto: Es un momento fundacional en la relación de Juan y Rosario, y en la confirmación del destino de Juan dentro de la Orden. Marca el inicio de la responsabilidad de Rosario como su custodia.
3. La entrada de los chicos a la casa de la calle Villarreal (Tercera parte: La cosa mala de las casas solas): Gaspar, Vicky, Pablo y Adela entran en la casa abandonada, que resulta ser un espacio anómalo y terrorífico. «Lo que veían era imposible porque la luminosidad parecía eléctrica. pero del techo no colgaban lámparas: había agujeros con cables viejos que asomaban como ramas secas. También olía a desinfectante. [...] El living, o el hall de entrada, o lo que fuese ese primer ambiente, parecía un salón vacío y tenía tres ventanas, aunque desde afuera solo se veían dos.» Contexto: Esta escena introduce uno de los misterios centrales de la trama de Gaspar adolescente y es el catalizador de la desaparición de Adela y el trauma subsiguiente.
4. El Rito de traspaso de conciencia en Chascomús (Sexta parte: Las flores negras que crecen en el cielo, revelado a Gaspar): Mercedes le cuenta a Gaspar el intento fallido de trasladar la conciencia de Juan a su cuerpo. «Te resististe tanto para sacarte a tu padre de encima que tuvimos que pararte entre todos. [...] cuando quisimos pararte, que dejaras de lastimarte, [...] te tiramos al suelo y te golpeaste la cabeza.» Contexto: Esta revelación reconfigura la comprensión de Gaspar sobre su pasado, sus heridas y la naturaleza de la relación con su padre y la Orden. Es un momento de horror y traición descubierta.
5. Juan sacrificando a Eddie Mathers en el Otro Lugar (Cuarta parte: Círculos de tiza): Después de que Eddie masacra a los amigos de la Orden en Cheyne Walk, Juan lo lleva al Otro Lugar y lo cuelga en el Valle de los Ahorcados. «Bajo el árbol, le rodeó el cuello a Eddie con las manos y apretó. Lo miré fascinada. Juan mataba serio y seguro, como si lo hubiese hecho muchas veces antes. Era el sacrificio que quería el Otro Lugar.» Contexto: Muestra la brutalidad de la que Juan es capaz, su conexión con el Otro Lugar y las terribles decisiones que debe tomar para protegerse y proteger a Rosario, así como la naturaleza sacrificial de ese mundo.
6. El asesinato de Luis Peterson (Sexta parte: Las flores negras que crecen en el cielo): Vicky descubre el cuerpo torturado de Luis en el hospital. «El esternón estaba partido y no por la sierra de un cirujano. Los cortes parecían de una gran tijera, astillados, irregulares. [...] En el espacio que quedaba entre los huesos del esternón partido, presionando los pulmones, había un brazo. Un brazo muy pequeño, no el de un adulto. Un brazo de niño.» Contexto: Este es el acto que precipita la confrontación final de Gaspar con la Orden. Es un mensaje brutal y una muestra del alcance de su crueldad.
7. Gaspar guiando a la Orden al Otro Lugar para su destrucción (Sexta parte: Las flores negras que crecen en el cielo): Gaspar, en Puerto Reyes, lleva a Mercedes, Florence y los demás miembros de la Orden al Otro Lugar, donde son abandonados a las entidades que allí habitan. «Los miembros de la Orden vieron al hombre colgado. Una momia. [...] Gaspar retrocedió y dejó que avanzaran solos. [...] El lugar estaba muerto de hambre.» Contexto: Es el clímax de la venganza de Gaspar y su liberación (parcial) de la Orden. Demuestra su propio poder y su capacidad para manipular el Otro Lugar.
8. Juan y Gaspar esparciendo las cenizas de Rosario en la Reserva Ecológica (Tercera parte: La cosa mala de las casas solas): En un momento de conexión íntima y ritual, padre e hijo se despiden de Rosario. «Ahora su padre tenía la caja y la abrió. Se arrodilló para vaciarla en el agua y la ceniza flotó un momento antes de hundirse [...] Gaspar también tomó un poco pero solamente se la esparció sobre la mano y la besó, tenía un gusto antiguo, rancio, y sin embargo no era desagradable.» Contexto: Esta escena es un raro momento de ternura y conexión espiritual entre Juan y Gaspar, en medio del horror y la enfermedad. También tiene connotaciones de un pacto oscuro y una transmisión de poder.
6. Citas destacadas
1. «Creo que perdemos la inmortalidad porque la resistencia a la muerte no ha evolucionado; sus perfeccionamientos insisten en la primera idea, rudimentaria: retener vivo todo el cuerpo. Solo habría que buscar la conservación de lo que interesa a la conciencia.» (Adolfo Bioy Casares, citado como epígrafe de la primera parte). Explicación: Esta cita establece uno de los temas centrales de la novela: la búsqueda de la inmortalidad por parte de la Orden y la naturaleza de la conciencia, cuestionando los métodos tradicionales.
2. «Pero no era un padre común, las personas a veces lo sabían cuando lo miraban a los ojos, cuando hablaban con él un rato, de alguna manera reconocían el peligro: no podía ocultar lo que era, no era posible esconder algo así, no demasiado tiempo.» (Sobre Juan Peterson). Explicación: Describe la naturaleza ominosa y excepcional de Juan, su incapacidad para pasar desapercibido y el peligro inherente a su ser.
3. «Tenía que enseñarle a no aferrarse así, ni a él ni a nadie.» (Pensamiento de Juan sobre Gaspar). Explicación: Refleja la dura filosofía de Juan, forjada por el sufrimiento y la traición, y su intento de preparar a Gaspar para un mundo hostil, aunque esto implique una aparente crueldad.
4. «Cada conquista, sin embargo, cada ejercicio de la voluntad para lograr lo deseado, tenía un precio. En cuestiones poco importantes no valía la pena pagarlo.» (Reflexión de Juan sobre el uso de sus poderes). Explicación: Alude al coste de la magia y el poder, un tema recurrente, y la economía moral que Juan intenta aplicar en su vida cotidiana.
5. «La condena heredada.» (Pensamiento de Juan al ver que Gaspar percibe un fantasma). Explicación: Encapsula el temor de Juan a que su hijo herede sus dones y, con ellos, una vida de sufrimiento y explotación por parte de la Orden.
6. «La verdadera magia no se hace entregando la sangre de los demás, le habían dicho alguna vez. Se hace entregando la propia y abandonando toda esperanza de recuperarla.» (Reflexión de Juan sobre la magia). Explicación: Una declaración sobre la naturaleza del poder auténtico y el sacrificio personal, en contraste con las prácticas explotadoras de la Orden.
7. «Los muertos viajan rápido.» (Frase recurrente, citada de Drácula). Explicación: Subraya la presencia constante de la muerte y los muertos en la novela, y la facilidad con la que el pasado y sus horrores pueden alcanzar a los vivos.
8. «No sentimos con la piel, hijo, sentimos con el cerebro. El dolor está en el cerebro.» (Juan a Gaspar, explicando la ilusión de la mano de goma). Explicación: Una reflexión sobre la naturaleza de la percepción y el dolor, que adquiere múltiples significados en el contexto de los traumas físicos y psicológicos de los personajes.
9. «Ser rico nos iguala con todos los ricos. Ser fundadores de la Orden nos diferencia del mundo entero.» (Rosario, sobre su familia). Explicación: Define la posición única y aislada de las familias de la Orden, marcadas tanto por el privilegio material como por su conexión con lo sobrenatural y prohibido.
10. «Todas las fortunas se construyen sobre el sufrimiento de los otros y la construcción de la nuestra, aunque tiene características únicas e insólitas, no es una excepción.» (Rosario, reflexionando sobre la riqueza de su familia y la Orden). Explicación: Una crítica implícita al origen del poder y la riqueza, vinculándolos a la explotación y el dolor ajeno, aplicable tanto al capitalismo como a las prácticas de la Orden.
11. «El amor es impuro, lo decían los ojos de Anne. Y era verdad. Contamina y te vuelve posesiva, salvaje, destructiva.» (Rosario, reflexionando sobre el amor y la Orden). Explicación: Expone la visión de la Orden sobre el amor como una debilidad o una fuerza disruptiva, en contraste con la experiencia de Rosario, para quien el amor es también un motor de protección y sacrificio.
12. «No hay nada, Rosario, son campos de muerte y locura, no hay nada y yo soy la puerta de esa nada y no voy a poder cerrarla.» (Juan a Rosario, sobre la Oscuridad y su rol). Explicación: Revela la visión desesperanzada de Juan sobre la Oscuridad y su propio destino como médium, viéndose a sí mismo como un portal hacia el vacío y el horror.
13. «Los lugares malos esperan, o buscan, que lo malo vuelva a suceder.» (Reflexión de Gaspar sobre la casa de la calle Villarreal). Explicación: Personifica los espacios marcados por el mal, sugiriendo una malevolencia activa en ciertos lugares, un tema central en la narrativa de terror de Enriquez.
14. «Hay mucha más oscuridad que luz sobre nosotros.» (Juan a Gaspar, hablando del universo). Explicación: Una frase con doble sentido, refiriéndose tanto a la astrofísica como a la condición existencial y moral del mundo de la novela, dominado por fuerzas oscuras.
15. «Nuestra parte de noche.» (Juan a Gaspar, tras esparcir las cenizas de Rosario). Explicación: El título de la novela, pronunciado en un momento de transmisión de un legado oscuro y protector. Sugiere la herencia inevitable de la oscuridad, pero también una pertenencia compartida a ese reino.
16. «A veces, burlar a la muerte es lo peor que puede ocurrir.» (Beatriz Bradford a Olga Gallardo). Explicación: Una reflexión sobre las consecuencias de sobrevivir al horror y la carga que ello implica, cuestionando el valor de la vida en ciertas circunstancias.
17. «El inconformismo es posible para los que no son esclavos. Los demás tienen que pelear.» (Gaspar, reflexionando sobre su padre y él mismo). Explicación: Una declaración sobre la lucha por la libertad y la diferencia entre la rebeldía elegida y la resistencia necesaria de los oprimidos.
18. «No quiero vivir si estoy loco.» (Gaspar a su tío Luis). Explicación: Expresa la desesperación de Gaspar ante la posibilidad de la locura y su negativa a vivir una vida disminuida por la enfermedad mental o la percepción alterada de la realidad.
19. «Yo soy el hachero que se coge a la hija del estanciero.» (Juan a Rosario, sobre su posición en la Orden). Explicación: Una cruda autodefinición de Juan, que se ve a sí mismo como un sirviente explotado sexual y mágicamente por la élite de la Orden, a pesar de su poder.
20. «En esa tierra él podía entrar y salir y buscar. En esa tierra él era bienvenido.» (Sobre Gaspar y el Otro Lugar, al final de la novela). Explicación: Indica la aceptación final de Gaspar de su conexión con el Otro Lugar y su potencial para explorarlo, sugiriendo un nuevo camino y una posible continuación de su búsqueda y su poder.
7. Temas y subtemas tratados
La herencia y el legado (maldito): Este es uno de los temas más prominentes. La novela explora cómo las cargas familiares, los secretos y los poderes (o maldiciones) se transmiten de generación en generación. Juan hereda su condición de médium y su enfermedad cardíaca, y teme desesperadamente que Gaspar siga el mismo camino. Rosario también carga con el legado de su familia en la Orden. La «condena heredada» es una frase que resume este peso. El linaje, la «sangre», es crucial para la Orden, que busca perpetuarse a través de los descendientes de las familias fundadoras. La marca en el brazo de Juan, y luego en el de Gaspar, simboliza esta herencia impuesta. El final sugiere que Gaspar, a pesar de los esfuerzos de sus padres, no puede escapar completamente a esta herencia, aunque podría redefinirla.
El poder y su corrupción: La Orden es una organización obsesionada con el poder: el poder sobre la vida y la muerte, el poder que emana de la Oscuridad, el poder social y económico. Este poder corrompe profundamente a sus miembros, especialmente a figuras como Mercedes Bradford, que disfruta de la crueldad y la dominación. Los rituales, los sacrificios y la explotación de los médiums son manifestaciones de este abuso de poder. La novela también refleja la corrupción del poder en el contexto de la dictadura argentina, donde la Orden colabora con los militares, utilizando a los desaparecidos para sus propios fines. Juan mismo lucha con la naturaleza de su poder, que es tanto una herramienta como una fuente de sufrimiento y esclavitud.
Paternidad y maternidad (y la protección filial): La relación entre Juan y Gaspar es el eje emocional de la novela. Juan, a pesar de su oscuridad y su enfermedad, se esfuerza por proteger a Gaspar de la Orden, incluso recurriendo a métodos extremos y dolorosos. Su paternidad está marcada por el miedo y la desesperación, pero también por un amor profundo. Rosario también encarna una maternidad ferozmente protectora, dispuesta a sacrificarlo todo por su hijo. La novela explora los límites de lo que un padre o una madre están dispuestos a hacer por sus hijos, y el impacto devastador de un entorno hostil en los lazos familiares. La figura de Luis Peterson como tutor de Gaspar ofrece un contraste, una paternidad más convencional y sanadora, aunque también marcada por el dolor y la pérdida.
La Oscuridad y lo sobrenatural: La Oscuridad es una entidad central en la novela, un ser primordial, ambiguo y terrorífico que es fuente de poder y conocimiento para la Orden. Su naturaleza exacta es esquiva: a veces parece una fuerza cósmica, otras una deidad salvaje y caprichosa. Las manifestaciones sobrenaturales son constantes: fantasmas, presencias, el Otro Lugar (una dimensión alternativa y macabra), rituales mágicos, transformaciones físicas (las manos de Juan). La novela integra estos elementos de forma naturalista, creando un mundo donde lo sobrenatural es una realidad tangible y peligrosa, que coexiste con los horrores mundanos.
Muerte, duelo e inmortalidad: La muerte es una presencia constante: la de Rosario, la de los médiums anteriores, la de las víctimas de la Orden y la dictadura, la enfermedad terminal de Juan. El duelo es un proceso central para Juan y Gaspar. La Orden, por su parte, está obsesionada con vencer a la muerte y alcanzar la inmortalidad mediante el Rito de transmigración de la conciencia. Este anhelo de vida eterna es lo que justifica sus atrocidades. La novela cuestiona el precio de tal inmortalidad y la naturaleza de la existencia más allá de la muerte, presentando visiones aterradoras del Otro Lugar y la posible eternidad en la Oscuridad.
Amor, lealtad y traición: Las relaciones afectivas son complejas y a menudo trágicas. El amor entre Juan y Rosario es profundo y resistente, pero también puesto a prueba por la Orden y la enfermedad. La lealtad de Stephen hacia Juan, la de Tali, la amistad entre Gaspar, Vicky y Pablo, son faros de humanidad en un mundo oscuro. Sin embargo, la traición también es un elemento recurrente: la traición de la Orden a sus médiums, la traición de Mercedes a su propia hija, las pequeñas y grandes traiciones motivadas por el miedo o la ambición. La novela explora la fragilidad y la fuerza de los lazos humanos en circunstancias extremas.
Trauma, memoria y locura: Los personajes están profundamente marcados por el trauma: el trauma de la enfermedad, de la violencia, de la pérdida, de la exposición a lo sobrenatural. La memoria es fragmentaria, selectiva y a menudo dolorosa. Gaspar lucha por reconstruir su pasado y entender los eventos que lo han formado. La locura es un espectro que acecha a varios personajes: Eddie Mathers, consumido por el entrenamiento fallido como médium; Betty Bradford, desequilibrada por sus experiencias; el propio Juan, al borde del abismo psíquico. La novela explora los límites de la cordura en un mundo donde lo real y lo irreal se confunden.
Historia y política argentina: La novela está firmemente anclada en la historia argentina, especialmente en los años de la dictadura militar (1976-1983) y sus secuelas. La represión, los desaparecidos, los centros clandestinos de detención, la complicidad de sectores de poder (como la Orden) con el terrorismo de Estado son elementos que forman parte del tejido narrativo. La crónica de Olga Gallardo sobre el pozo de Zañartú es un ejemplo claro de esta imbricación. Enriquez utiliza el contexto histórico no solo como telón de fondo, sino como una fuente más de horror, conectando la violencia política con la violencia sobrenatural de la Orden.
8. Símbolos, metáforas o elementos recurrentes
La Oscuridad: Es el símbolo central y más poderoso. Representa una fuerza primordial, caótica y ambigua, anterior a los dioses conocidos. Es fuente de poder, conocimiento y terror. Su naturaleza es devoradora y caprichosa. Para la Orden, es un dios al que venerar y del que obtener la inmortalidad; para Juan, es una prisión y una condena. Simboliza lo desconocido, lo abismal, el poder corruptor y la naturaleza salvaje del universo y, quizás, del ser humano.
Las casas: Son espacios cargados simbólicamente. Puerto Reyes, la mansión en Misiones, es el centro de poder de la Orden en Argentina, un lugar de rituales ancestrales, lujo decadente y secretos familiares. La casa de la calle Villarreal es un nexo con lo inexplicable, un espacio que desafía las leyes físicas y devora a quienes entran. La casa de Cheyne Walk en Londres, con su puerta al Otro Lugar, representa la conexión con dimensiones alternativas. Las casas en la novela son a menudo laberínticas, opresivas, contenedoras de horrores y memorias traumáticas, reflejando el estado psíquico de los personajes o la naturaleza oculta de la realidad.
La noche: Es el dominio de la Oscuridad, el momento de los rituales, las apariciones y los miedos. «Nuestra parte de noche» se refiere a la herencia oscura de Juan y Gaspar, su conexión inevitable con este reino de sombras. Simboliza lo inconsciente, lo reprimido, lo prohibido y lo numinoso.
La sangre: Elemento recurrente en rituales, enfermedades y violencia. Simboliza el linaje (la «sangre» de las familias de la Orden), el sacrificio, el poder vital y la conexión con lo primordial. La enfermedad cardíaca de Juan está ligada a su sangre y a su poder. La sangre derramada en los rituales alimenta a la Oscuridad. El pacto de sangre entre Juan y Gaspar al final de la tercera parte es un momento crucial de transmisión y posible maldición.
Las cicatrices y marcas: Son símbolos de trauma, pertenencia y poder. La cicatriz de la cirugía en el pecho de Juan es un signo visible de su enfermedad y su condición de médium. La Mano Izquierda de la Oscuridad marcada en su brazo es el sello de su destino. Las marcas que Juan deja en los Iniciados durante el Ceremonial son signos de elección y sumisión. La cicatriz que Juan le inflige a Gaspar en el brazo es un intento desesperado de protección y un legado de dolor. Las cicatrices representan las heridas imborrables del pasado y las ataduras a fuerzas oscuras.
Los ojos: Son un motivo recurrente asociado con la percepción, el conocimiento y el terror. Los ojos cambiantes de Juan (amarillos, verdes) reflejan su naturaleza sobrenatural. Los ojos negros de Omaira Sánchez, la niña colombiana, o los de Juan al morir, simbolizan la presencia de la muerte o de fuerzas oscuras. La pérdida del ojo de Laura Clarke es significativa. Los ojos son ventanas al alma, pero también portales a visiones terroríficas o verdades insoportables.
Las manos: Las manos de Juan se transforman durante los rituales, volviéndose garras negras con uñas doradas, instrumentos de la Oscuridad. Simbolizan su poder y su capacidad de canalizar fuerzas destructivas y curativas. La Mano de Gloria, un artefacto mágico hecho con la mano de un ahorcado, es un objeto de poder deseado. La «mano fantasma» que acosa a Pablo representa un trauma persistente y una conexión con lo macabro. Las manos son agentes de creación, destrucción, curación y terror.
Los niños: Gaspar, Adela, los «enjaulados» de Mercedes, Eddie Mathers. Los niños en la novela son a menudo víctimas, recipientes de traumas, herederos de maldiciones o instrumentos de poder. Representan la inocencia perdida, la vulnerabilidad, pero también un potencial para el poder o la rebelión. La Orden ve a los niños como futuros médiums o recipientes, perpetuando un ciclo de explotación.
El Otro Lugar: Dimensión alternativa a la que se accede a través de portales. Es un paisaje macabro y simbólico, poblado de huesos, bosques de manos, torsos y ahorcados. Representa un inframundo personal o colectivo, un espacio donde residen los muertos o aspectos oscuros de la conciencia. Es un lugar de poder, sacrificio y revelación, pero también de extremo peligro y desolación. Su naturaleza es inestable y parece reflejar o alimentarse de la psique de quienes lo exploran.
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